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Después de una tormenta severa, lo primero que deben hacer los propietarios de viviendas y negocios es tener una inspección minuciosa y precisa de sus propiedades en busca de daños por viento y tormenta. El daño por tormenta es el tipo más común de daño sufrido por casas y edificios, y la mayoría es causada por vientos fuertes. Desafortunadamente, muchas casas no están equipadas adecuadamente para soportar tormentas severas y vientos fuertes.
Los vientos huracanados, los tornados y los rayos son algunos ejemplos de clima severo que puede dañar un edificio. El daño a un edificio puede ir desde una pequeña intrusión de agua causada por la lluvia impulsada por el viento, hasta un daño estructural grave que compromete la estabilidad de la estructura en sí. Nuestros expertos están equipados para hacer frente a todos los aspectos del daño de la tormenta.